«SÓLO VIVIMOS PORQUE UN DÍA MORIREMOS»
BRUMMELL méxico presenta:
BRUMMELL méxico, realiza una muestra plástica, visual y sonora, a partir de algunas intervenciones in situ, en homenaje a la muerte, a nuestros muertos, y a la vida misma.
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RENE CHAR
Explicar las cosas por su contrario, todo lo que puede decirse sobre el silencio, sin guardar silencio alguno. La paradoja de pensar la muerte, siendo esta impensable. El pensar en la muerte es sin duda, pensar en la vida misma, pues al remitirnos a la muerte, inevitablemente, aludimos a la vida. Sin duda alguna, nos hace humanos, demasiado humanos la reflexión en torno a la muerte, y más aún, la nuestra. Tan lejana y cercana, a su vez. Una pareja inseparable es la muerte y la filosofía, se podria decir qué, uno se sumerge en el mundo de la filosofía ó el arte para aprender a “bien vivir” y “bien morir”. El arte, es un libro sobre la vida porque esta escrito en el lenguaje de los vivos (los muertos no tienen lenguaje y menos semiótica).
No tendríamos palabras suficientes para hablar a cerca de la muerte, es inefable, quizás también podemos decir que es indecible, pues no hay nada que decir ante un No absoluto, que es la muerte.
La muerte para cada uno de nosotros resulta algo inimaginable, aunque nos sea a su vez algo común y realmente concreto, crudo.
La muerte de algún familiar, ó de algún amor perdido, resultan un preludio de la muerte de uno mismo. Estas muertes se experimentan, como experiencias extrañas y paradójicas. Innumerables intentos son los de la ciencia por eludir la muerte, ya sea por la clonación ó quizás por medio de un elíxir mágico, para evitar lo ineludible de nuestra condición. Quizás, algún día esquivemos la muerte, y como de ciencia ficción, tengamos que pagar por nuestra propia muerte.
“¡ Hermano, tenemos que morir ¡” (Jankélévitch, 2002: 52)
Rafael Monroy