- 2012

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De: Foro Baúl


Hyperpotamus, la voz diferente del hombre-orquesta
Por: Fernando Navarro | 21 de octubre de

La mayoría le llama el hombre-orquesta. Otros el rara avis del panorama musical español. Hay quien cree que es un simple loco en un negocio patrocinado por marcas de refrescos o ropa y que se atiene a cánones tan establecidos que el que se mueve un poco, no sale en la foto. Pero lo cierto es que Hyperpotamus, con su música elaborada solo con la voz y sin instrumentos, se presenta como una propuesta gozosa y radicalmente distinta a lo que el oyente medio está acostumbrado, aunque no salga en las fotos. “Hace años pensaba que cuanto más rarete y oscuro, mejor. Pero la verdad es que, ahora mismo, busco algo que haga cosquillas a cuanta más gente mejor”, dice desde Londres Jorge Ramírez Escudero, el hombre que se esconde tras Hyperpotamus.
Solo apuesta por su voz para expresarse. Así de simple. Y lo vuelve hacer en su segundo disco Delta, autoeditado y grabado en un antiguo colegio victoriano de Londres, tras la buena acogida que recibió por parte de la crítica especializada en 2009 Largo bailón. Hyperpotamus fue uno de los artistas revelación preferidos para el programa Salitre 3 Salite3 de Radio 3 en aquel año. Es una cuestión casi magnética: su voz atrae creando distintas capas sonoras que va repitiendo con unos samples de loops mientras genera ritmos, melodías y atmósferas que se mueven por el funky, el soul o el hip hop, sin faltar los toques absurdos. Canta, gesticula, se golpea el cuerpo y le saca sonidos a lo que lo rodea, en su forma personal de revelarse ante los instrumentos. Todo muy extraordinario. “No es tanto confiar en mi voz como en confiar en mi musicalidad. Llevo tocando y escuchando música desde que tengo uso de razón, y lo vivo como algo natural a mi persona. Como saber andar. Eso, naturalmente, ayuda a que tenga más facilidad a la hora de trasladar lo que quiero a la voz”, dice.
Nacido hace 29 años en Tokio, aunque de nacionalidad española, Ramírez Escudero se crió viajando y, entre Tokio, Bilbao, Londres, Bruselas, Santiago de Chile y Madrid, forjó su “fuerte sentido de la independencia”. “De pequeño era siempre el nuevo en clase, por lo que en seguida me acostumbré a que en un principio me juzgaran todos mis movimientos, y en consecuencia, a que me diera igual lo que pensaban los demás. Eso es un comodín. Aprendes a romper antes con la timidez”, cuenta. Esa falta de timidez le llevó a crear este proyecto tan extravagante, aunque antes pasó por algunas bandas como baterista y pianista. “Simplemente llegó un momento en el me dije a mí mismo que ya tocaba hacer algo solo. Me volví muy exigente. Si en diez minutos un grupo no me decía nada, me iba a casa. Todo eran efectismos, sonidos sin fundamento, pose… echaba de menos más sinceridad y pasión”, explica.
Su obra a capella está repleta de influencias, sin ser el doo-wop, el célebre estilo vocal de los cincuenta, una destacada. “No sigo una línea determinada: Fugazi, Don Caballero, Jacques Brel, Morphine, John Coltrane, Professor Longhair, Michael Jackson, Nirvana, James Brown, los Beatles, Pixies, la música cubana, la electrónica, el afrobeat, la música clásica… No sé, muchas cosas. De hecho, no tengo casi referencias de música a capella. Quizá «Les Mysteres des Voix Bulgaires», pero nada más”, afirma, aunque añade a modo de sentencia: “Pero, en cuanto al concepto de hacer música a base de bucles, a la primera persona a la que vi hacerlo (de forma absolutamente majestuosa) fue Dominique A, que él solo se grababa y reproducía en directo. Un mago”.

Hyperpotamus presentará el saltarín juego vocal y los deliciosos ambientes estrambóticos de Delta por los escenarios españoles a finales de este mes de octubre, empezando el 29 en Canet de Mar y el 31 en Madrid (Más información de la gira). Tal y como está el circo de las discográficas y la promoción, este hombre-orquesta se lo guisa y se lo come solo. “Me veo obligado a hacer absolutamente todo por mi cuenta, desde componer hasta hacer de mi propio manager, lo cual es muchísimo trabajo, pero, ay, tan gratificante… Estoy construyendo mi propio camino con una sonrisa en la cara y te digo que eso es lo más apasionante de todo”.
Movido por esa pasión, reside desde hace una larga temporada en Londres porque existe “una noción más desarrollada de la música”. Y, cuando se le pregunta por el panorama español, estalla: “Nunca ha sido fácil dedicarse a la música -en ningún lugar- pero si empiezas a escarbar de qué pasta está hecha la mayor parte de la gente que sostiene el panorama musical español -me refiero a dueños de los grandes sellos, promotores no independientes, SGAE…-, te llenas las uñas de mierda. Lo que ha ocurrido recientemente con la SGAE, por ejemplo, es que toda esa gentuza que plantó sus gordos culos en el trono se ha llenado demasiado el estómago, y naturalmente, toca vomitar. No sé cuál será el futuro del panorama musical español, pero yo sólo te digo que vivo fuera por algo”.
Es Hyperpotamus, una personalísima voz, la apuesta por una voz distinta que producirá cualquier tipo de emoción menos dejar indiferente.


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