- 2014
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Toluca

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De: César Alejandro Castro León


Introducción
En esta serie del trabajo de Héctor Ávila se pueden distinguir diversas fuentes iconográficas que se remontan a la mitología antigua, ya sea de los griegos o de las antiguas civilizaciones que habitaron en el México antiguo. De esta forma en su propuesta se puede ver su interpretación de jeroglíficos mayas que tratan sobre las fases lunares, de deidades nahuas como Xipe Tutek, personajes de la tradición popular como la catrina, citas a textos como el cuarto de los ecos de Octavio Paz y situaciones oníricas ocurridas en la ciudad como el sueño de una nación. En su propuesta conviven los mitos representados desde un punto de vista urbano que se hace ver con el uso de paredes y placas metálicas herrrumbradas por la acción del tiempo, ese ser que no perdona el transcurrir de los seres y los objetos sobre la faz de la tierra.
En apariencia la temática puede ser muy diversa pero todo convive en un sólo universo en donde lo más importante es ver el paso del tiempo en los lugares comunes, en las historias y situaciones colectivas que aparentemente pasan desapercibidas por su cotidianidad; de esta manera la reflexión ocurre en tanto se ve el desgaste de las ideas que a veces se pronuncian en nombre de un pueblo, las tradiciones que se transmiten generación tras generación o de las palabras que han perdido su sentido porque el olvido las ha llevado a callar su canto.
Por otra parte, en lo que confiere a la técnica del maestro, vale la pena tener en cuenta que, a pesar de ser impresiones hechas con inyección de tinta, las matrices originales de muchas de las imágenes son el negativo de gran formato impreso con técnicas del siglo XIX como la cianotipia (sales de hierro), la caseína (sales de cromo con proteína de leche) o la goma bicromatada (goma arábiga con sales de cromo), técnicas que al ser trabajadas en papel con emulsiones líquidas permiten una posterior digitalización para después ampliar su tamaño con técnicas más nuevas. Se trata de una hibridación de medios para conseguir fotografías de un gran valor plástico.
En lo que respecta a los formatos se puede decir que, si bien, las imágenes están contenidas en un espacio blanco ocurren dos fenómenos que contrastan por su función: en uno la imagen se mueve con libertad dentro de la superficie cuyos límites parecen ser infinitos, mientras que en el otro los confines de la imagen se ciñen al tamaño del papel en vísperas de encontrar un instante para escaparse, para desbordar su presencia fuera de ese espacio que no podrá contenerla por mucho tiempo. Sobre el color cabe decir que el artista hace uso de una paleta cromática vasta, en la que predominan los cálidos, especialmente el rojo, anaranjado y el amarillo, mismos que al ser conjugados con la textura de las formas generan una empatía de gran proporción con quien mira la obra.
Con esto es posible darse una idea general de lo que transcurrirá a continuación, mas dejo al espectador la última palabra sobre el trabajo de este joven fotógrafo, quien ya da muestras en esta serie de un estilo muy personal en el tratamiento de sus temas elegidos y un notable progreso en su forma de hacer arte.
Esperanza Flores.
Ciudad de México a 15 de agosto de 2013.

HÉCTOR ÁVILA CERVANTES
Nació en la Ciudad de México el 11 de agosto de 1982.Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM donde se especializó en fotografía, además realizó cursos de licenciatura en la Universidad de Valencia en España durante un semestre académico, más tarde hizo una maestría en Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y realizó una estancia de investigación en la Ciudad de Monterrey.
Su padre, desde la edad de 18 años, le inició en la práctica de la fotografía y le enseñó el uso de la cámara fotográfica. En su trayectoria se puede ver el trabajo constante que ya desde el año 2002 comenzaba con sus primeras exposiciones colectivas con “La marmota Azul“ colectivo de fotografía, con cuyos integrantes
más tarde proyectó su trabajo en dos versiones de Fotoseptiembre (2005 y 2009). Su participación en otros colectivos ha sido constante, lo que se ve relejado en más de 10 exposiciones con otros artistas en diferentes Estados de la república (Yucatán, Hidalgo, Monterrey, Baja California, Puebla, Guanajuato, Estado de México).
A la fecha ha realizado 8 exposiciones individuales, entre las que destacan “Minificciones“(Toluca, 2007- 2008), serie con la que obtuvo el premio «Arte abierto, arte para todos“ del Museo Universitario Leopoldo Flores”, “El relejo interior“(México, 2007), “Espacios del Tiempo” (México, 2007) y “Lágrimas de amor“ (Valle de Bravo, 2006), con la que obtuvo una Mención Honorífica en el concurso de la revista Punto de Partida de la UNAM el mismo año. La calidad de su obra le ha valido un lugar en tres bienales nacionales: “V Bienal Nacional de Artes Visuales CODET para la ceguera“ (Tijuana, 2012), “VIII Bienal FEMSA“ (Monterrey, 2007-2008) e “VI Bienal de fotografía Puebla de los Ángeles“ (Puebla, 2007), y también el reconocimiento de la Sociedad de Arquitectos del IPN por su empeño en la revaloración, el rescate y la difusión de técnicas gráficas alternativas (México, 2007).
Su obra ha sido publicada en diarios como La Jornada y Milenio Estado de México, así como revistas impresas y electrónicas como “La palabra y el hombre“ (Xalapa, 2013), “El Búho“ (México, 2012), “Eje Central“(México, 2010), “Molino de letras“(México, 2010), “Este país“ (México, 2010), “Punto en línea“(2009 y 2007), “Blog colección Jumex“ (México, 2008), “Pluma de ganso“ (México, 2008) y “Punto de partida“ (2007 y 2006).
Cabe mencionar que en el año de 2013, dos de sus fotografías fueron seleccionadas por concurso para formar parte del libro que se editará como memoria de la “Feria de las Culturas Amigas 2013“ en el D.F.
Sus fotografías forman parte de importantes colecciones públicas y privadas.


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