Uno de los iconos en el imaginario colectivo de nuestra ciudad es el del Hombre Sol en la entrada del Jardín Botánico Cosmovitral. Este jardín, considerado de los más grandes del mundo, no estuvo destinado ser lo que es hoy en día. Este lugar sería primeramente un mercado.
Construido durante el Porfiriato junto con las celebraciones del Centenario de la Independencia de México, esta construcción Art Noveau sería un mercado bautizado como “16 de septiembre”. Durante su construcción estalló la Revolución Mexicana y el mercado no sería inaugurado sino hasta después de terminado el conflicto armado.
Fue hasta 1933 cuando el mercado se inauguró y seguiría en función durante unos 40 años, debido a que se buscaba un lugar más amplio que alojara al Mercado 16 de septiembre. El mercado finalmente se ubicó un par de cuadras arriba. Pero en 1975, el inmueble decidió rescatarse para albergar el jardín más grande del mundo hasta ese momento.
El proyecto de remodelación estaría a cargo del maestro Leopoldo Flores y del vitralista Bernabé Fernández. A Leopoldo Flores le tomó un año en diseñar toda la estructura, y a Bernabé Fernández le llevó otros 3 años realizarlo.
El vitral es una cosmología del ser humano en todo su esplendor. La labor y evolución del hombre expresadas en una dualidad. La vida y la muerte, el día y la noche. Cada sección del vitral muestra el universo visto desde la imaginación de un genio como Leopoldo Flores. El nacimiento del Universo se da con el nacimiento del hombre. A la izquierda se ve la obscuridad, el inframundo, la destrucción; y del lado derecho, la vida, el fuego, la eternidad.
Estos 71 módulos de vitrales, 500 mil fragmentos de vidrio; 75 toneladas de acero y 25 toneladas de vidrio soplado muestra una de las progresiones artísticas más importantes del mundo, que también alberga uno de los recintos botánicos más grandes en el planeta; resulta impensable que antes era el punto de comercio más importante de la Ciudad de Toluca, que nuevamente tuvo una remodelación en 2014.