Las madres son muchas veces una figura central en el arte. Quizá sea por el incontenible e incomprensible amor del que son capaces, o por el terrible desdén que pueden hacernos. Ya sea por su imponente presencia o su desoladora ausencia. Las madres ya tienen un lugar más que merecido en este mundo.
Las madres, el primer gran amor de todo hombre y mujer. “Mamá murió hoy. O tal vez ayer, no estoy seguro…”, escribe Camus en El extranjero. El protagonista empieza a sentir indiferencia de todo y a todos, hasta a su madre; indiferencia que habría de costarle la vida pues una de las pruebas para su terrible maldad es que no llora en el funeral de su propia madre, ¡Monstruo!
Así de importantes son las mujeres, así de entrañables. Otra que recuerdo mucho es a Úrsula Iguarán, Matriarca de la dinastía de los Buendía. Creadora de mitos, espalda de la familia, fue la única cordura en esa “familia de locos”. Supo sufrir dignamente la locura de su esposo, el exilio en casa de uno de sus hijos, la muerte de casi toda su familia. Todos esos años, todo ese dolor y hasta su muerte tuvo el temple de no quebrarse nunca.
Otra madre que se lleva las palmas habita en el cine. “Todo sobre mi madre” es un drama de Almodovar que muestra la vida de Manuela, mujer que se desmorona tras la muerte de su hijo Esteban; desgarradora escena en la que Manuela tiene a su moribundo niño en las manos bajo la lluvia gritando “¡Hijo mío!”. Tiene que recogerse, toda ella, pues su labor de madre no ha terminado ahí.
Cecilia Roth como Manuela en Todo sobre mi madre: Pedro Almodovar, 1999 España
En la misma pintura la madre ha representado una fuente de inspiración para aquellos grandes artistas. Van Gogh retrata a su madre, Anna Cornelia van Gogh-Carbentus, con una trsiteza, el rostro apagado, casi enfermo, pero seguramente él encontraba en aquella pieza una belleza indescriptible. la dibujo de nuevo en su “Recuerdos del jardín de Etten”, va ella en el cuadro con la mirada baja, de esa pieza, y de su madre, dijo Van Gogh: «El uso deliberado del color, el violeta oscuro teñido con el amarillo limón de las dalias, me sugiere la personalidad de mi madre”.