Esta semana da inicio en Metepec la Feria de san Isidro, una de las más grandes en el Estado de México. Vale la pena mencionar lo importante que son estas ferias populares y tradicionales en nuestra sociedad y lo que significan para nuestra cultura.
Estos eventos quieren, principalmente resaltar la identidad mexicana. Esta mescolanza de ruidos, colores, sabores y olores crean en el mexicano un estado de ánimo festivo. Estos lugares nos muestran como somos, que representamos y de dónde venimos.
Hay que recordar que somos una cultura síntesis entre nuestras raíces indígenas y un pasado español.
El origen de estas feria viene de los tianguis en los que se exhibía y mercantilizaban todo tipo de cosas. A esto se le suma mucho después, terminando la conquista, muchos elementos de la cultura española; se empiezan a adoptar elementos y símbolos religiosos. Por eso se cambian los tiempos, ya no es cada semana sino cada año, en el día especifico de algún santo.
Como resultado tenemos ferias en honor a distintos santos por todo el país. Desde ferias pequeñas en barrios populares hasta grandes ferias con presupuestos gordos e invitados especiales que comúnmente son grupos de música popular mexicana. Porque de esto se trata, crear estados de ánimo que volteen a ver lo bonito que hay de nuestra cultura, de la mexicanidad. Ya no solo con bandas de música, también con la comida, platillos y antojos mexicanos, vestimenta y textiles de todo tipo.
Hay que reconocer el esfuerzo que por sí solo demuestran estas ferias por devolvernos algo de nuestra identidad que de pronto se ve borrosa. La experiencia de las ferias deben devolvernos un poco de esto. El significado verdadero de ellas debemos encontrarlo en nosotros mismos y en lo que hacemos con eso.