Leopoldo Flores Valdés, pintor, muralista y escultor mexiquense; originario de Tenancingo, Estado de México. Nunca olvidó sus raíces, dejó huellas de su amor por el Estado de México. Plasmando sus ideales con sus obras, haciéndolas parte de la historia de la ciudad. Grandes obras fueron esparcidas por la ciudad y por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Leopoldo Flores Valdés, orgullo mexiquense
Su inspiración siempre era sobre representar al hombre, no obstante la controversia que sus obras trajeron no fue fácil de aceptar. Ya que expresan las problemáticas sociales, el caos de la naturaleza humana, y por supuesto como el hombre se consume por sus pasiones. Sin embargo estas inquietudes lo llevaron a realizar grandes murales; su pasión lo llevó a ser uno de los íconos mexiquenses más importantes.
Con una técnica única, precisa y original, destacó como artista no solamente nacionalmente sino también internacionalmente. Demostrando gracias a sus obras que él era un hombre pasional, siempre luchando y expresando sus ideales; expresando las ideas de la mejor manera en la que podía. Esto ayudándolo a seguir creciendo como artista.
Sin duda una de las obras más conocidas y aclamadas de Leopoldo Flores es el “Cosmovitral”. El cual ahora es un jardín botánico con una gran historia detrás de sus variadas flores. A parte de ser un fragmento del centro de Toluca, el cosmovitral es y siempre será una historia que contar para los curiosos.
A parte cuenta con las exposiciones permanentes en el «museo universitario Leopoldo Flores», ubicado en ciudad universitaria. Dando mensajes claros a quienes observan detalladamente el profundo significado de su arte. Visitar Toluca también significa visitar a sus artistas, su gente, su comida y arquitectura; visitar Toluca es abrirle las puertas a las nuevas experiencias que queremos, deseamos y sobre todo, abrirle la puerta a lo inesperado.
Cosmovitral, Toluca, Estado de México.
Cabe mencionar que su muerte nos dejó un vacío en el corazón, la ciudad siente la ausencia de su partida, sin embargo dejó grandes huellas. Seguramente estas permanecerán siempre en la ciudad, tal vez no, pero lo que si les puedo afirmar es: todas se encuentran dentro de los mexiquenses.